Aprender de otros -de todo otro- es un recurso especial, una suerte de plan B donde cabe un plan A: aprendo de otros (de mama, de mi nieto, de alguien que hizo un gesto grato cuando le cedi paso junto a la plaza), para tomar impulso y punto de vista, para seguir revelando tesoros ignotos de dentro de mi. Claro: si dedico todo mi tiempo a aprender de otros -a hallar o inventar mi propio reflejo alli afuera- no me quedara cuando intentar lo que he venido a hacer de veras. Porque la gracia de tu mas hondo te abriga desde dentro, y la accion de tus manos la sostiene sobre ti, y la accion de tus manos la determina. Calla. Advierte. Cuentame que viste.

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