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sábado, 13 de octubre de 2012

de la bomba que cae a cada rato en mi casa


Acaso escribió morelli:
"una bomba cayó en mi casa. Gracias a dios no había nadie allí. pero no hay más mis trajes, la colección de primeras ediciones, la historia universal de cantú, el diccionario del diablo de bierce, mi máquina de hacer jugos, mis zuecos en cuya adecuación a la máxima comodidad invertí ocho años, no hay más los higos en almíbar que me quedaban en la heladera chica, no hay más computadoras ni mis cuadros ni mis manuscritos ni los juguetes de mis niñas".
de uno u otro modo y en magnitudes diversas, eso nos pasa todo el tiempo. y en general, convertimos la pérdida en un "algo", paradójicamente presente todo el tiempo en nuestra conciencia, y que se encarga de que ya nada nos conforme por completo.
otra vez, la acaso morelliana.
"una bomba cayó en mi casa. Gracias a dios no había nadie allí. pero no hay más mis trajes, la colección de primeras ediciones, la historia universal de cantú, el diccionario del diablo de bierce, mi máquina de hacer jugos, mis zuecos en cuya adecuación a la máxima comodidad invertí ocho años, no hay más los higos en almíbar que me quedaban en la heladera chica, no hay más computadoras ni mis cuadros ni mis manuscritos ni los juguetes de mis niñas".
y continuémosla: "¡Soy escandalosa e inverosímilmente libre!", y como siempre, tengo todas las elecciones ante mí, sólo que cuento con más sabiduría serena que nunca antes.