Si hubiera visto a los 25 años -estando sobrio- como veo ahora, habría creído estar drogado. Incluso al nivel más físico: ver borroso de muy lejos, o no lograr de ningún modo ver las letras chiquititas, remeda hoy la experiencia primera de una u otra planta psicodélica; sólo que todos los días. Pero también en niveles otros, más adentro, pasa lo mismo: era inconcebible a mis 25 años el mundo que mis 48 ve. Era incomprensible lo que es obvio (y ese pasaje de extremo a extremo fue en un momento cualquiera, supongo que cuando estuve pronto, de un único salto), parecía urgente lo que se ha revelado superfluo y pasajero, parecía opcional lo que se ha revelado determinante. La tentación de volver a intentar clavarme -ahora- en este mood, en esta etapa, en este estado, es arrolladora. Ya está; llegamos aquí; no hay que cambiar más. Sólo que es una mentira infame, y agradezco a lo altodentro su dotarme del instinto que me salva de ella. La verdad es que hay que aprender del ritmo, si queremos jugar concientemente en la línea imparable del tiempo cuya propuesta de cambio no cesa. Aprender del ritmo; ésto es: saber que de la suma de ayer y hoy resultará mañana (como propuso Fibonacci); que sólo a partir de quien resulte ser yo tras los ayeres y hoy, podré elegir mañana el rumbo de mis acciones y de mi amor y de mi vida,. Y la justeza de lo perfecto morará en mí porque le soy transparente, y lo que yo haga determinará mi suerte; y determinará también el modo en que la justeza de lo perfecto se verá a mis ojos, y de cómo se vea por quien soy comprenderé; y hasta que no enmiende mis actos no veré rectamente. Rafa Gibelli Julio Ginerman Silvia Ginerman Judy del Bosque Vered Ginerman-Bircz Ariel Bruno Bircz Iosi Ginerman Eduardo Abenia Victoria Aihar Alberto Elbaum Ariel Mastandrea Fede Juan Friedl Yojanan Schellemberg Juan de Marsilio Eldo Lappe Raul Alfredo Abud Joel Azulay Abraham Cellpro
by IaIr Menachem
March 10, 2016 at 12:53PM
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